Mis casi cincuentas me encuentran con mi yo inexistente, un cuerpo vivo que se expresa y disfraza para mostrarse al mundo nuevamente y un alma vacía que lucha por amanecer a diario…….Me es casi imposible separar la cordura de la locura, el amor del odio, la muerte se aferró de la mano de la vida tan fuertemente que es difícil discernir cual es mi condición en este mundo, no se si estoy muerta molestando en el mundo de los vivos o estoy viva sin vida esperando que me reciban en el mundo de los muertos.
Ahora entiendo que es posible no temerle a la muerte, solo hay que vivir en ella un tiempo y uno se acostumbra que esa es la meta final y se prepara para iniciar el viaje, sin esfuerzos, ya que no hay duda que ese es el objetivo final y no va a haber cambios.
En el camino, solo nos queda dejar lo necesario para que nuestra presencia ocasional y corta en este mundo sea tan viva para que habite en los recuerdos para siempre de la gente que amamos, e intentar que el viaje dure lo suficiente para no dejar nada sin dejarles.
A ustedes, que fueron los que sostuvieron mi viaje les dejo estas palabras:
VIDA NADA TE DEBO, VIDA TODO TE DI.
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